lunes, 27 de julio de 2015

Desmentiras (1) - #ElCementerioDeLoFantastico


La fría noche le abrazaba, mientras corría entre los arboles de aquel oscuro bosque, apartando ramas y saltando raíces, salpicando barro y evitando resbalarse.

Aunque ya nada le importaba. Ya todo carecía de valor. Se lo habían advertido y él había desobedecido.

Paró a recuperar el aire, una mera costumbre más que una actual necesidad. Observó el bosque, iluminado por la luna y alguna que otra estrella que iluminaba el firmamento. Tenía que hallar el camino hacia la cueva de las Ánimas. Allí era donde todo había empezado y allí podía acabar. O por lo menos, solucionar su error.

Analizó el firmamento tratando de hallan, en vano, el oeste. Y, sin embargo, fue una risa extraña, singular, femenina, familiar, la que le sacó de sus cavilaciones. Buscó entre la negrura aquello que producía tal risa.

-Hola cielo...- Susurró esa dulce voz en su oído.

Dio un traspiés, debido al susto y se apartó velozmente, para poder ver a la mujer.

Esa mujer, de melena roja hasta la cintura, que hoy llevaba recogida en una trenza que le caía sobre el hombro. Vestía con un vestido también rojo, como el vino y el cual dejaba poco a la imaginación. Sobre su blanca piel, parte oculta bajo su ropa, se distinga una mancha sutil, que él conocía muy bien, y que se deslizaba desde su mentón hasta sus piernas. Pero sin duda lo que más destacaba la mujer, y fue lo que le perdió en todo momento, fueron sus ojos, rojos como la más pura sangre.

-Vete, lárgate, ya me has causado demasiados problemas.

El chico trató de irse, alejarse de esa mujer que le había engañado, traicionado y emponzoñado para sus viles fines.

-Yo solo te dí un regalo, uno que bien me pediste.- Contestó la mujer lentamente y con su suave voz aterciopelada, mientras se interponía en la huida del chico.- Te ofrecí ayuda, consejo y amor. Y todos los rechazaste.- Se acercó, sutilmente, acariciando el rostro del joven.

-¡Mentiras!- Gritó el chico, tratando de contener su ira y golpeando la mano de la mujer.- ¡Solo salen mentiras de esa venenosa boca! ¡Lárgate!

-¿Cómo que mentiras? ¿No fuiste tu, quien, entre mis sabanas, me dijiste que querías pasar la eternidad en esa misma cama? -La mujer se sitúo tras el chico y le susurraba sus afiladas palabras-¿No fuiste tu quien me prometió que lo dejaría todo por estar una noche mas conmigo? ¿O acaso todo eso se te ha olvidado?

El hombre se separó, trastabileando.

-Todo eran mentiras, me engañaste como un tonto y ahora Tarah esta muerta. Es todo tu culpa.

-Yo te advertí que te fueras, que te vinieras conmigo a un lugar lejos. Pero decidiste quedarte y jugar con otras. Ahí tienes el precio de tus propias mentiras.

-Ayúdame a arreglarlo. Ayúdame a arreglar a Tarah.- Le suplicó el muchacho, tras darse cuenta de la inevitable verdad. Él había sido el único culpable de aquello.- Te lo suplico, por favor.- El hombre si arrodilló frente a la mujer y se abrazó a ella, tratando de contener en vano las rojizas lagrimas que brotaban en sus ojos.

-El problema es que, ya no sé si puedo confiar en ti, querido... Me has decepcionado y roto el corazón. Quizás la muerte de tu querida sea el castigo que mereces.

La mujer se separó, dando un pequeño paso atrás y dejando que el hombre cayese al suelo, embarrado y lleno de hojas.
Relato para el proyecto #ElCementerioDeLoFantastico de Mamá Cuervo y mis Crow Sisters. Podéis leer más sobre el proyecto y la organización en los hastags enlazados correspondientes a su blog.

Este es la continuación del relato que hizo Emily Broken Rose: Apertura.

Mi Sister Crow Angellica ha hecho otra continuación: El maldito

Y por último también Victoria Prince ha hecho lo mismo: El iniciado

El siguiente paso del proyecto será que contestaré al relato de Victoria y Angellica contestará este mismo relato y los continuaremos. Será una gran experiencia.

lunes, 13 de julio de 2015

Reflejo maldito - Sanación - #UnaImagenMilPalabras



"Debes hacerlo."

-No, no quiero hacerlo. Esta mal y es horrible.

"¿Quien dice que esta mal?"

-La mitad de las leyes nacionales e internacionales, además de la moral y la lógica.

"Vuestras estúpidas leyes no me aplican."

-Ya, pero a mi si. Y si me cogen, me pasaré el resto de mi vida en una mugrienta cárcel.

"Pues que no te cojan."

-Lo dices como si fuera tan fácil.

"Yo te ayudare, estaré aquí y te guiaré en todo lo que tienes que hacer."

-Que no. No es no. De ninguna manera voy a hacerlo.

Me aparté del lavabo y dejando de mirar el espejo, salí del baño.

"Puede que solo me veas ante un espejo, pero estoy aquí dentro siempre y no permitiré que rompas el trato."

Comencé a notar un dolor de cabeza que iba en aumento, como si alguien intentara estrujar mi cerebro con sus manos. El dolor se hizo insoportable e instintivamente me lleve las manos a la cabeza, para en vano, tratar de paliar el dolor. Las piernas dejaron de responderme, haciéndome caer al suelo. Notaba como la garganta vibraba por los escalofriantes alaridos que soltaba.

-Vale, lo haré.- Grité- Pero para por favor.

"Ahora tienes una escusa para ir al hospital y hacer lo que te pedí."