martes, 18 de agosto de 2015

La leyenda del castillo de Ephen #LeyendasDeEphen #ElCementerioDeLoFantastico


Cuentan que en el recóndito pueblo de Ephen había un castillo con un rey. Este rey poseía las riquezas más grandes de todo el continente y el mismo rey había engendrado a la princesa cuya belleza no había conocido aún comparación alguna.

Este castillo recibía las visitas de incontables príncipes, reyes y nobles que ansiaban casarse con la princesa más bella y heredar la fortuna más grande. Todos ellos fueron rechazados tanto por el rey y la princesa.

Sin embargo, un día cualquiera, el rey cayó enfermo y temiendo que su hija y su fortuna cayeran en malas manos mando construir innumerables pasillos, habitaciones, puertas y trampas por todo el castillo.

Se cuenta que construyó pasillos tan largos que no se podía ver el final, torres tan altas que no tenían final, habitaciones que no tenían puertas y puertas que no tenían habitaciones.

El rey ocultó su fortuna en un recóndito sótano y a su princesa en la torre más alta de entre todas las altas torres, donde sólo pudiera ver un mar de nubes.

Como último acto antes de morir, declaró que todo aquel podía tratar de alcanzar a su querida hija y su fortuna, mas primero tendría que encontrarlos dentro del castillo.

Cientos de aventureros, jóvenes, viejos, nobles y plebeyos, intentaron suerte en el laberíntico castillo, más ninguno logró salir, victorioso o no.

Incluso los propios y perdidos aventureros custodian lo que ellos mismos no pudieron alcanzar y evitan que otros como ellos lleguen a su objetivo.

Dicen las habladurías que sólo aquel que el rey considere digno de su hija u fortuna podrá pasar... En el fortuito caso de que tal persona existiera.

Cuentan que aún la princesa espera a su prometido en la más alta de las altas torres, sobre el mar de nubes, y el tesoro crece según los aventureros se adentran y perecen.
Relato para el proyecto #LeyendasDeEphen de Emily Broken Rose y mio. Teneis la leyenda del puente de Ephen en el blog de mama cuervo, que ya deberias de saber cual es. Es el proyecto que hemos realizado como mama cuervo e hijo, espero que haya mas relatos sobre las leyendas de Ephen y otros muchos proyectos que estarán por venir.

lunes, 17 de agosto de 2015

Reflejo maldito - Protección


-¿Un guerrero? ¿Te refieres a un soldado? Sera difícil matar un soldado.

"No, un guerrero es cualquiera que defiende a otros. Pueden ser soldados, pero también policías o bomberos. Recuerda que no deben de ambicionar dinero o poder, lo han de hacer porque le sale del alma."

-Creo que un bombero tendrá más posibilidades de ser altruista.

"Me parece bien."

Cambié el rumbo hacia la estación de bomberos. Iba a ser difícil, sin duda. Deseaba que esto acabase cuanto antes. Mis dudas sobre lo bueno que había supuesto mi contrato con este demonio se disipaban a medida que avanzaba la noche. No sabía que era lo que quería lograr con esta serie de asesinatos, pero cada vez era menos rentable mi acuerdo. Cuando me ofreció el trueque no se me ocurrio preguntar que clase de favor tendría que hacer a cambio de la buena vida que me iba a dar, solo podia pensar en salir del pozo de desesperación y amargura que me ahogaba en aquel momento.

Aparqué la moto cerca de la entrada de la estación, que obviamente estaba cerrada.

-¿Se te ocurre alguna manera de entrar sin ser visto?

"Algo mejor. No entremos, hagamosles salir. Observa, humano."

Mi mano se levantó, como si de una marioneta me tratase, y se cerró lentamente a la vez que varios coches en el otro lado de la calle explotaban.

-¿Ese es tu plan? ¿Explotar cosas? Que sutil.

Obviamente, las puertas de los bomberos se abrieron de inmediato y varios bomberos y un par de camiones salieron inmediatamente a sofocar las inmensas llamas.

"Es funcional, no hable de sutilezas."

Todos me ignoraron, pasando de mi y haciéndome parecer un mero fantasma. Es lo que me dijo antes, la extraña runa que hacía que la gente no se percatara de mi.

Esperé pacientemente a que se sofocara el fuego y que recogiesen. Uno de ellos recorrió el perímetro de la escena, buscando alguna pista.

"Ese puede servirnos."

Agite la mano para que me viera y rápidamente vino hasta mi.

-¿Has visto que ha sucedido?- Preguntó ansioso el hombre.

Sin contestar le clave el puñal vaporoso que había aparecido en mi mano. Le tapé la boca y mientras lo apoyaba contra la pared, de mi boca salieron esas palabras que no sabía que significaban.

-Lo siento mucho.- Murmuré lentamente mientras el bombero terminaba de exhalar el último aliento. Su silueta se tornaba roja, hasta que formó una etérea forma esférica. La atravesé con la botella que se formó en mi mano y como siempre, el contenido se licuó, resultando en un líquido rojo y espeso.

Nadie se había percatado de ello. Andé con una pasmosa tranquilidad, poco propia de mi, me monté en la moto y salí rápidamente del lugar. Nadie parecía haber visto nada, y posiblemente tardarían en darse cuenta.

"Lo has hecho bien, Jeremy. Felicidades."

-Díselo a los tres seres altruistas que he asesinado.- Contesté frustrado.- ¿Y ahora? Seguro que te queda hacer algo con las almas, ¿verdad?

"A veces me sorprende lo listo que puedes llegar a ser." Contestó el demonio en mi cabeza. "Dirígete hacia el barrio comercial. Yo te indicare el camino."

lunes, 10 de agosto de 2015

Desdicha e Ira #DosCeros

"La desdicha es muy variada. La desgracia cunde con las más diversas formas en la tierra. Desplegada por el ancho horizonte, como el arco iris, sus colores son tan variados como los de éste, a la vez tan distintos y tan íntimamente unidos."

— E. A. Poe (1809 - 1849)

Contemplaba la isla desde la lejanía. Pese a que era su isla favorita, siempre le gustaba contemplarla desde ahí, ese acantilado bajo aquel manzano. Iba ahí cuando necesitaba alejarse un poco y tomar algo de tranquilidad.

La isla, con una única y grandísima ciudad-estado eran sus dominios bajo su protección. Muchos de los dioses del Olimpo envidiaban a la Atlantida por su avanzada tecnología y sus maravillosos inventos.

-Vrisko, sabía que te encontraría aquí.

-Si bueno... Hay pocos lugares que frecuente.- Contestó alegremente el joven.

-Como tu padre se entere que aun sigues aquí se pondrá hecho una furia.

-Siempre esta hecho una furia, no veo la diferencia.- Contesto el muchacho alegremente mientras se sacudía un poco de tierra.- No veo las prisas ahora, Apolo.

-Deberías de estar en el Olimpo y no aquí, vigilando esa ciudad.

-Todos vigiláis alguna ciudad, no veo la diferencia de hacerlo desde aquí o desde allí.

El cielo se torno grisáceo y tormentoso en apenas unos breves instantes y unos furiosos truenos cayeron sobre diversas partes de la isla, causando varios incendios. Las aguas también se revolvieron y comenzaron a azotar la isla con furia desatada, arremetiendo violentamente contra las playas y puertos de la ciudad, destruyéndolos.

El joven dios se quedo petrificando la isla, tratando de asimilar lo que sucedía. No se podía creer lo que sus propios ojos veían.

-¡No!- Gritó.- ¡NOO! - Su voz era devastadora, desesperada.- ¡Parad!

Se había dado cuenta que su padre en confabulación con algunos de sus tíos estaban intentando, con demasiado éxito, hundir la isla, hundirla en los recuerdos y la memoria.

El impulso del chico era lanzarse al mar y nadar hasta la orilla de la isla para ayudar a aquellos que lo necesitasen. Pero unos fuertes brazos le agarraban y evitaban que hiciera esa locura. Gritaba y se retorcía, tratando de deshacerse de su opresión e implorando que parasen.

Pero nada de lo que hiciera o hubiera hecho tuvo repercusión en el resultado. La isla quedo sumergida en el mar a los poco minutos, sin dejar rastro alguno de su existencia.

Solo pudo llorar la desaparición de lo que fuera la mejor de las ciudades de todo el mundo conocido y del que estaba por conocer. Su hermano y amigo, trato de consolarlo, mas el joven dios le aparto la mano que se había posado sobre su hombro.

-¿Lo sabias? ¿Sabias que esto pasaría? - El Dios del Sol no contestó. El joven se levanto del suelo, notando como la ira bullía en su interior como una olla en el fuego.- Todos lo sabíais y nadie me dijo nada. Por eso la insistencia en que fuera de vuelta al Olimpo.

-Vrisko, yo no...

-No digas nada, Apolo. Solo ten cuidado. Ya no debería de ser la ira de Padre a la que tengas miedo, sino la mía. No se lo que haré, ni cuando... Pero juro que no quedara un solo hombre, mujer o niño en esta tierra que os recuerde y os venere. Nunca.
Relato para el proyecto #DosCeros de Reivindicando blogger. Podéis leer más sobre el proyecto, los participantes y la organización en los hastags enlazados correspondientes a su blog.

lunes, 3 de agosto de 2015

Reflejo maldito - Instrucción


-¿El alma de un profesor también?

"No me vale un profesor cualquiera. Tiene que ser un alma sabia, alguien que le guste recoger nuevos conocimientos y transmitirlos."

Salí de la circunvalación y fui hasta el instituto. En el parking solo había dos coches, sospeché que serian el del personal de seguridad y el del profesor.

-¿Puedo preguntar para que necesitas las almas? ¿Y porque me haces matarlas a mi?

"Por poder, puedes preguntar, recibir una respuesta es distinto. Ya lo verás a su debido tiempo. ¿Y porque lo haces tu?, bueno, alguien tenía que hacerlo, y dado que yo no tengo un cuerpo en este mundo... Te ha tocado."

-Que suerte la mía.

"No te quejes, que has recibido mucho a cambio. ¿O crees que ese ático te lo has ganado tu solo? ¿O quizás ese sueldo que ganas es por tus propios méritos? Sin mi ayuda no hubieras obtenido nada de eso."

Tenía toda la razón, y me molestaba esa dura verdad.Caminé hasta la entrada más próxima al edificio. Las puertas, obviamente, estaban cerradas ya a estas horas.

"Prueba esto." En mi mano apareció una llave que podía encajar en la cerradura.

La introduje y para mi sorpresa, giró, abriendo la puerta.

-¿Como has sabido que era esa llave?- Pregunté sorprendido. Siempre acababa sorprendiéndome de lo que podía hacer.